Enfermedades autoinmunes y embarazo

Se dice que una persona tiene una enfermedad autoinmune cuando las células de su sistema inmune atacan las células sanas del cuerpo mismo.

A continuación, tiene un índice con todos los puntos que discutiremos en este artículo.

Índice

Enfermedades autoinmunes y embarazo

Se desconoce la causa específica que lleva al cuerpo a atacarse a sí mismo. Sin embargo, se conocen ciertos factores de riesgo, como la predisposición genética o ciertos factores ambientales.

Embarazo y sistema inmune

Hoy existen más de 80 diferentes enfermedades autoinmunes, tanto locales, es decir que afectan a un organismo específico, como sistémico, cuyo daño se produce en el organismo en general.

La mayoría de las enfermedades autoinmunes sistémicas afectan a las mujeres y en muchos casos durante la edad fértil o reproductiva. Por esta razón, es importante conocer el efecto de la enfermedad autoinmune en el embarazo y viceversa.

Problemas durante el embarazo

Algunas de las enfermedades autoinmunes más comunes son la esclerosis múltiple, el lupus eritematoso sistémico (LES), el síndrome antifosfolípido, la artritis reumatoide y la diabetes tipo I.

Muchas enfermedades de este tipo tienen una fuerte influencia hormonal y dado que el embarazo implica una serie de fuertes cambios hormonales, parece lógico pensar que la coexistencia de ambos (enfermedad y embarazo) puede conducir a complicaciones.

Sin embargo, para algunas de estas enfermedades, como por ejemplo en el caso de la esclerosis múltiple, el embarazo suele ser un alivio. Esto no siempre sucede, porque también hay casos en que el embarazo agrava la enfermedad.

La situación hormonal del embarazo puede causar que la enfermedad remita o disminuya las consecuencias dañinas. Sin embargo, este "efecto protector" por lo general desaparece después del embarazo e incluso puede reactivar la enfermedad de forma más intensa y provocar recaídas y brotes frecuentes.

Errores del sistema inmunológico

Para evitar este agravamiento de la enfermedad después del parto, es importante comenzar el tratamiento inmunomodulador de inmediato. Por esta razón, la lactancia materna se desaconseja totalmente en estos casos, ya que la medicación tomada podría pasar a la leche materna y afectar al bebé.

Por otro lado, como se mencionó, también puede suceder que el embarazo reactive la enfermedad debido a las hormonas sexuales femeninas. Por ejemplo, en el caso de SLE, hay un aumento en el riesgo materno de aparición de nefropatía o su empeoramiento. Si la enfermedad se controla al principio del embarazo, la probabilidad de exacerbación es de entre 5 y 10%.

Si, por otro lado, el embarazo coincide con un período de actividad de la LES, el empeoramiento se produce en más de la mitad de los casos.

Además, la enfermedad puede afectar el embarazo y aumentar la incidencia de:

  • Preeclampsia
  • Aborto espontáneo
  • Parto prematuro
  • Aumento de anticuerpos antifosfolípidos (puede interferir con el desarrollo de la placenta)
  • Retraso del crecimiento intrauterino
  • Muerte fetal

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